SOLUCIÓN

La clave era dar con una historia que mostrase un carácter serio y amable a la vez, y que reflejase un espíritu vasco e internacional.
Los valores de los creadores de esta cerveza podrían asemejarse a los que asociamos con los marineros de su Donosti natal. Gente trabajadora y dura con la que, si consigues abrirte paso, tienes a una persona honesta, de confianza, que pone por encima el valor de la amistad.

Dentro de los pescadores vascos, un ejemplo de internacionalidad fueron los antiguos balleneros, que faenaban en Terranova, Islandia...
En Islandia, fruto de sus conexiones con la población local, se acabó creando el pidgin vasco islandés, que es un mix entre ambos idiomas.

Dentro de este pidgin, que tiene su propio diccionario, encontramos diversas expresiones, como esta:

“For ju mala gissuna”, que significa “tú eres un hombre malo”.

Modificamos esto para acotar el que sería el nombre para la marca: Mala Gissona, hombre malo.
Fonéticamente, un espectador vasco lo reconoce como propio, mientras que para un persona no familiarizada con el euskera, el nombre es exótico y extranjero, no relacionable con ningún idioma concreto y altamente llamativo.
Con este enganche entre los creadores y la personalidad de la marca, creamos lo que iba a ser la personalidad, el aspecto visual y la historia de la cerveza Mala Gissona.

Después de este proceso, un trabajo de meses en los que se creó todo el universo Mala Gissona, tuvimos una personalidad fuerte para la marca, que ayuda a trasladar los valores de la empresa y que es acogida alegremente por medios de comunicación y clientes de una manera que la hace memorable y emocionante.